A veces la única forma de mantenerse sano es volverse un poco loco

jueves, 27 de enero de 2011

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miércoles, 12 de enero de 2011

Que 50 años no son nada

Luciano se despertó abruptamente con un oso de peluche en sus brazos. Se miro extrañado a sí mismo y se vio completamente distinto. Sus manos eras mas grande, su cuerpo también, el pijama le quedaba chico. Se sobresalto y se tiro instintivamente de la cama y corrió hacía el espejo. Se paro frente a el y se vio el rostro horrorizado, tenía barba, canas y arrugas. “¿Qué esta pasando por dios?” se dijo así mismo. En ese momento comenzó a escuchar ruidos que provenían de la calle, se asomo por la ventana y vio varios autos voladores de aquí para allá. “No puede ser”, pensó.

Miro a su alrededor, su cuarto permanecía igual que siempre. A un costado estaba el famoso cajón de los juguetes. Comenzó a recorrer la casa, que al parecer era la misma de siempre. “Mamá, mami” gritaba por la casa.

No había nadie, llego hasta la cocina y se sobresalto al ver como un robot con traje de mucama se le abalanzaba.

Robot: “Buenos días señor, el desayuno esta listo”

Luciano no entendía nada.

Luciano: “¿Mamá?”

Luciano se refregó los ojos, pero el robot seguía allí. Por inercia se sentó y bebió un sobro de una taza, al instante lo escupió abruptamente. El robot iba de aquí para allá, limpiando toda la casa. Sonó el teléfono, Luciano se abalanzo sobre el.

Luciano: “¿Hola?”

Voz off: “Señor presidente, lo estamos esperando”

Luciano desconcertado.

Luciano: “Equivocado”.

Y colgó.

“¿Señor presidente?” pensó.

Recorrió el living y comenzó a ver todas las fotografía que había allí con diferentes personalidades, pero una le llamo la atención, era él, o al menos el cuerpo de ese hombre avejentado con el que se había despertando, estaba jurando la bandera. En ese momento el robot se acerco a él.

Luciano: “Robot ¿Quién soy?”

Robot: “Luciano Solá, señor”

Luciano: Sí eso ya lo sé, pero ¿Qué hago de mi vida?”

El robot se hecho a reír. Con tono burlón.

Robot: “No lo va a poder creer, usted es el presidente de la nación”

El rostro de Luciano se convirtió, salió corriendo hacia su habitación. Se tiro en la cama y se hecho a llorar como un niño. El robot se acerco a la cama.

Robot: “Señor ¿Se siente bien?, debería ir a trabajar y comprarse un nuevo pijama”.

El robot le acarició la cabeza.

Luciano: “No quiero, quiero a mi mamá”.

Robot: “Si quiere después del trabajo lo acompaño al cementerio”.

Luciano: ¿Qué? ¿Mi mamá está en un cementerio?”

Robot: Señor, ¿Quiere que llame al médico? Esta un poco afiebrado.

Luciano: “No, suélteme, déjeme solo”.

El robot se fue y Luciano quedo en penumbras en su habitación. Llorando, abrazo a su oso y deseo poder dormirse.

En ese momento, golpearon la puerta. Era el robot nuevamente.

Luciano: Ándate te dije.

Robot: Señor, al alguien que necesita hablar con usted.

Un hombre entro en la habitación.

Hombre: “¿Qué te esta pasando querido, necesito respuestas, tengo una escuela tomada que esta volando por toda la ciudad, necesito que estés conmigo”.

Luciano: “Váyase, quiero estar solo”.

Hombre: “¿Qué pasa? Estás raro. Entiendo, por ejemplo, que te hayas negado a vivir en la casa rodante presidencial y hayas decidido vivir en tu casa de toda la vida, pero estos berrinches de nene no los comprendo”. “¿Dónde esta Marta?”

Luciano: No se quien es Marta.

Hombre: ¿Se pelearon de nuevo?

Luciano: No se de que me esta hablando, váyase le dije.

Luciano lo tomo de los brazos y lo empujo, ambos comenzaron a forcejear y Luciano le dio un empujón al hombre que lo hizo volar por la ventana.

Enseguida, Luciano se asomo por la ventana, vivía en un tercer piso, vio el cuerpo de aquel hombre estampado en el piso. “No, ¿Qué hice?”

De pronto detrás de él, entrando por la puerta de su habitación apareció nuevamente aquel hombre, con toda la cabeza rota.

Hombre: “Luciano no seas infantil”

Luciano: “No puede ser, tengo que estar soñando”.

Luciano comenzó a pellizcarse. Intentaba despertarse, cerrando y abriendo los ojos, el hombre comenzó a zamarrearlo.

Luciano gritaba desesperado “Mamá, mamá, quiero a mi mamá”.

Luciano despertó en su cama con un cachetazo de su madre.

Madre: “¿Estas bien hijo? Perdón pero estabas como poseído, me asuste”.

Luciano se miro a sí mismo, era el mismo de siempre, un niño de 10 años completamente normal. Luego miro a su alrededor, estaba todo igual, se levanto y miro por la ventana, todo parecía estar en su lugar. “Lo de los autos voladores me gustaba” pensó.

Corrió a abrazar a su mamá.

Madre: “Todavía estas con fiebre, voy a llamar al médico”.

La madre lo beso en la frente y salió de la habitación.

De pronto el robot entro abrumado.

Robot: ¿Listo para gobernar el país?

Luciano grito desesperadamente y despertó al fin.

By alegría

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